Cuando vi este apartamento, quise compartir las fotos de inmediato.
Recuerdos propios me inundaron de inmediato: durante mi primer viaje de negocios a Suecia (¡oh, qué tiempo tan interesante de mi vida!) me llevaron a un edificio similar.
Era a mediados de la década de 2000.
Mis colegas comentaron en ese momento que los precios de los apartamentos en esta torre eran exorbitantes: el precio por metro cuadrado era astronómicamente alto.
Todos los adinerados querían tocar la historia y vivir en un lugar inusual.
Más tarde supe que la renovación de torres de agua no es algo raro.
Se convierten en apartamentos, restaurantes, hoteles e incluso observatorios.
Por ejemplo, algunas torres de agua en la región de Tyumen, donde viví unos años, han encontrado un nuevo destino interesante: en una (en el centro de la ciudad) ahora hay un club de creatividad para niños, y en otra (en un suburbio) hay un observatorio privado donde se puede observar las estrellas por una pequeña tarifa durante la noche.
Volvamos al apartamento de hoy.
Se encuentra en una antigua torre de agua de 1912 en un suburbio de Estocolmo.
Hasta 1959, la torre suministró agua a los residentes de los barrios circundantes, luego fue cerrada y conservada.
En la década de 1980, el edificio fue remodelado como un edificio residencial.
En total, hay cinco apartamentos desde los cuales se tiene una vista fantástica de los alrededores (desde algunas ventanas se ve el río).
La altura de la torre es de 28 metros.
El apartamento del que se habla hoy se encuentra en el cuarto piso.
En la propiedad hay un jardín y varios patios, donde los residentes (si lo desean) pueden cultivar verduras y hierbas.