El caballo se niega a parir. Cuando el veterinario ve el ultrasonido, llama a la policía.

Cuando el granjero Ben vio que su yegua estaba embarazada, se llenó de alegría.

Eso significaba que tendría otro caballo, lo que podría llevar a una mayor prosperidad financiera si era un „buen“ caballo.

Después de meses de espera, el momento estaba casi aquí.

Su vientre era pesado, y la yegua mostraba signos de un inminente parto.

La yegua estaba a punto de parir.

Pero, extrañamente, se negaba a dar a luz a pesar de su enorme barriga.

Ben decidió ir al veterinario local para hacerse un ultrasonido.

Cuando el veterinario vio el ultrasonido, llamó inmediatamente a la policía.

Pero, ¿qué pasaba con la yegua?

¿Y qué había hecho mal Ben?

Vamos a averiguar este extraño caso.

Como la policía también vivía en esta pequeña ciudad, cada acción era una buena acción.

Realmente no había mucho que hacer aquí; todos se conocían, por lo que la delincuencia era bastante baja.

De hecho, el departamento de policía local prácticamente no tenía nada que hacer durante el día, ya que realmente no había mucho mantenimiento del orden, por lo que era tan emocionante como cualquier otro caso.

Cuando la policía finalmente llegó, ayudaron al enorme caballo que estaba casi sin vida a calmarse.

Pero la policía no solo ayudó al veterinario, también fue a ver a Ben.

„Señor, necesitamos que venga con nosotros, es importante“.

Ben estaba sorprendido.

Solo había llamado al veterinario para que ayudara a su yegua a dar a luz.

¿Qué había hecho mal?

Dar a luz a caballos debería ser bastante sencillo.

Los caballos a menudo dan a luz sin ayuda, y los potrillos normalmente salen de sus madres ya capaces de caminar y galopar, a pesar de que solo tienen unos minutos de vida.

Realmente, los caballos son uno de los animales más fáciles de ayudar a parir, y Ben lo sabía.

Ben respondió preguntas sobre sí mismo y la yegua que había tenido desde su juventud.

Cuando respondió todas las preguntas, escuchó incredulidad desde la sala de operaciones.

„No puedo creerlo“, dijo el veterinario.

Pero, ¿qué había encontrado el veterinario dentro del caballo que lo sorprendió tanto?

¿Qué los había dejado atónitos?

La tasa promedio de fecundación (con inseminación artificial) es del 60 %, lo que significa que normalmente se necesitan dos o tres ciclos para que el 90 % de las yeguas queden embarazadas.

Ya había duplicado o triplicado sus costos veterinarios al intentar que su yegua quedara embarazada a este ritmo.

Se requiere mucho trabajo para que una yegua quede embarazada, lo que hace que esta oportunidad sea estresante para Ben.

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