Cansado de que su gato Lucky arruinara las alfombras de entrada, el autor se embarcó en un proyecto para reemplazar el laminado debajo de la alfombra destruida por baldosas hexagonales.
A pesar de la textura gomosa y estampada de la alfombra, el gato encontró una manera de ensuciarla, lo que planteó preocupaciones sobre el subsuelo.
Decidimos usar baldosas hexagonales, similares a las de su cocina, para crear una entrada duradera y visualmente atractiva.
Con el plan en mente, cortamos el viejo piso a lo largo de la línea marcada y preparamos el espacio para las nuevas baldosas.
Para abordar posibles problemas de humedad, aplicamos selladores con la membrana Schlüter Kerdi y la membrana líquida AquaDefense.
Las baldosas se colocaron luego con un adhesivo para baldosas de secado rápido, y una vez que se asentaron, el autor pasó a la lechada.
Dividimos el proceso de mezcla y aplicación de la lechada, enfatizando la necesidad de paciencia.
Los espacios exteriores entre las baldosas y otros revestimientos de suelo estaban destinados a la lechada, para proporcionar flexibilidad ante posibles desplazamientos en el suelo.
Aunque la lechada puede ser desordenada, es un paso esencial en el proceso.
Es útil usar toallitas húmedas para eliminar la película de lechada de las baldosas.
El último paso fue lechar los bordes, lo que dio el toque final al proyecto.
El sellador ayudó a ocultar cualquier corte irregular y contribuyó a una apariencia sin costuras.
El suelo terminado no solo abordó los desafíos causados por el gato, sino que también se convirtió en un área de entrada práctica y visualmente atractiva, capaz de soportar zapatos mojados y embarrados.
El proyecto, nacido de la necesidad, transformó un suelo previamente arruinado en un espacio funcional y estéticamente agradable.