Cinco cautivadoras historias narran las inesperadas consecuencias cuando el karma entra en acción.
Desde un baile de graduación saboteado hasta una confrontación en una boda, sueños robados y secretos ocultos, los astutos planes de estas madrastras se vuelven en su contra de maneras que nadie podría haber predicho.
La justicia llega de formas sorprendentes y, sobre todo, satisfactorias.
Estas historias de madrastras que durante mucho tiempo se deleitaron con sus intrigas y manipulaciones revelan su caída cuando el karma las alcanza.
Una mezcla perfecta de drama, humor e ironía poética brinda una gratificante sensación de justicia, demostrando que nadie puede escapar de la astuta mano del destino.
Me Quedé Dormida en Mi Crucial Examen de Ingreso a la Universidad Porque Alguien Apagó Mi Alarma
Desde joven, soñé con ser doctora, un sueño que se fortaleció tras la muerte de mi madre por cáncer.
Hoy, el día de mi examen de ingreso a la facultad de medicina, debía ser el resultado de años de arduo trabajo.
La noche anterior tomé todas las precauciones para no quedarme dormida: configuré tres alarmas en mi teléfono. Pero al despertar, sentí pánico.
Eran las 9:55 a.m. y mi examen comenzaba a las 10:00.
—¡No, no, no! ¡Esto no puede estar pasando! —grité, quitándome las mantas y agarrando mi teléfono, solo para encontrar que las tres alarmas habían sido apagadas.
Corrí escaleras abajo, a medio vestir.
—¡Linda! —llamé buscando a mi madrastra—. ¡Por favor, necesito un aventón! ¡Mi examen empieza en cinco minutos!
Ella estaba en la cocina, tomando café como si nada estuviera mal.
—Ya es tarde.
Deberías haber puesto una alarma.
—¡La puse! —exclamé, con frustración y pánico hirviendo en mi voz—.
Tres alarmas, pero de alguna manera, fueron apagadas.
Linda se encogió de hombros con una leve sonrisa.
—Tal vez esto es una señal de que no estás hecha para la escuela de medicina.
Me quedé atónita.
Al girarme hacia la puerta, lista para correr a pie, aunque sabía que era inútil, mi hermano pequeño, Jason, habló.
—Yo sé quién lo hizo —dijo mirando a Linda—.
La vi anoche.
Ella apagó tus alarmas.
Linda le lanzó una mirada fulminante.
—Deja de inventar cosas, Jason.
Pero él no retrocedió.
—Te vi, Linda. Dijiste que ella no necesitaba ir al estúpido examen.
Linda suspiró, claramente irritada.
—Está bien, sí lo hice.
No estás hecha para esto.
El dinero de tu padre estaría mejor gastado en otra cosa.
Justo cuando estaba a punto de salir, escuché sirenas acercándose.
Jason me sonrió, con esperanza en los ojos.
—No te preocupes, Em.
Llamé para pedir ayuda.
La policía llegó, y Jason no dudó.
—Linda saboteó el examen de mi hermana.
Apagó sus alarmas a propósito.
Los oficiales me miraron buscando confirmación.
Asentí, apenas capaz de respirar.
—Necesito llegar ahora.
Voy a perder mi oportunidad.
Sin dudarlo, los oficiales entraron en acción, llevándome al centro de exámenes con las sirenas encendidas.
Aunque llegamos después de que cerraron las puertas, el supervisor me dejó entrar tras escuchar mi historia.
El examen fue un borrón, pero lo superé, decidida a no dejar que los eventos de la mañana me descarrilaran.
Cuando terminé, regresé a casa y encontré a mi padre, furioso con Linda.
—Le robaste su futuro —dijo fríamente—.
Te vas.
Linda, pálida por la realización, empacó sus cosas y se fue. No sentí satisfacción, solo alivio porque se había hecho justicia.
Mi Madrastra Robó $5,000 de Mi Fondo Universitario para Carillas — El Karma Contraatacó
Soy Kristen, tengo 17 años, y después de que mi madre falleció, dejó un pequeño fondo universitario para mí.
Mi padre y yo habíamos estado añadiendo a él a lo largo de los años, especialmente con mi trabajo a tiempo parcial.
Pero un día, llegué a casa y encontré a mi madrastra Tracy sonriendo de oreja a oreja.
—¿Adivina qué, Kristen? —dijo con entusiasmo—.
¡Tomé prestados $5,000 de tu fondo universitario para carillas!
Me quedé atónita.
—¿Hiciste qué?
Ella se encogió de hombros.
—Oh, no seas dramática.
Es solo dinero, y tu papá estuvo de acuerdo.
Eso era mentira.
Mi papá nunca aprobaría eso.
Inmediatamente lo llamé, y prometió encargarse.
Pero pasaron semanas, y Tracy desfilaba luciendo sus nuevas carillas como si fueran un trofeo.
No fue hasta su barbacoa que el karma le dio su golpe.
Mientras Tracy alardeaba de su transformación, una de sus carillas se rompió mientras comía.
Todo el patio escuchó el sonido, y Tracy salió corriendo hacia dentro, dejando a todos sin palabras.
Días después, la escuché quejarse al dentista de que le habían puesto carillas baratas y que tendría que pagar para arreglarlas.
Papá, finalmente tomando las riendas, le exigió que devolviera cada centavo que robó.
El vecindario se llenó de chismes, y Tracy se convirtió en el tema de conversación.
En cuanto a mí, papá cumplió su promesa, reponiendo mi fondo universitario y añadiendo un extra para compensar el dinero perdido.
Mi Madrastra Canceló Mi Cita para el Peinado del Baile — El Karma Llegó en una Limusina
Cuando mi mamá falleció, mi papá se volvió a casar rápidamente con Carla, y yo traté de adaptarme a la vida con ella.
Un día descubrí que había cancelado mi cita para el peinado del baile de graduación por pura maldad.
Sin embargo, cuando llegó la noche del baile, el karma golpeó de la manera más inesperada: una limusina llegó a mi puerta para llevarme al baile.
La cara de Carla cayó al ver la limusina y darse cuenta de que su plan había fracasado.
Estas historias de traición y manipulación demuestran que el karma tiene una forma de corregir las injusticias, a menudo cuando menos lo esperamos.
Desde sueños saboteados hasta futuros robados, nadie escapa de su alcance.