Estudiante de Segundo Grado de Wisconsin que Sobrevivió a un Tiroteo en la Escuela Madison Abundant Life Habla sobre el Incidente

Otro tiroteo en una escuela estadounidense ha cobrado vidas.

Los sobrevivientes, que se reunieron con sus familias horas después, describieron la experiencia como “muy triste” y “realmente aterradora.”

El 16 de diciembre de 2024, se produjo un tiroteo mortal en la escuela cristiana Madison Abundant Life Christian School, ubicada en Madison, Wisconsin.

Durante el incidente, una estudiante de segundo grado llamó al 911 y luego relató la crisis.

La escuela reconoció el incidente en su página de Facebook, pidió oraciones a la comunidad y declaró que había un tirador activo en el lugar.

Informaron a sus seguidores que seguían recopilando detalles y que compartirían actualizaciones cuando fuera posible.

Las autoridades de Madison confirmaron más tarde que un tiroteo trágico resultó en la muerte de un estudiante y un maestro.

La presunta tiradora, Natalie Rupnow, de 15 años — conocida como Samantha — también murió debido a una herida de bala autoinfligida mientras era transportada al hospital.

En una conferencia de prensa, el jefe de policía de Madison, Shon Barnes, reveló que el incidente cobró la vida de tres personas, incluida Rupnow, quien estaba inscrita en la escuela.

Los investigadores descubrieron que Rupnow había planeado el ataque y enfrentaba desafíos personales, los cuales documentó en escritos que los detectives están analizando.

Los oficiales también comenzaron a entrevistar a su familia para aprender más sobre su situación.

Según Barnes, una estudiante de segundo grado realizó la crucial llamada al 911 durante el tiroteo.

Dijo: “Para mí, se me detiene el corazón al pensar en eso.

Les enseñamos a nuestros hijos que, si algo anda mal, deben llamar, ¿verdad?

Deben llamar al 911, y eso fue lo que hizo esta niña.”

El oficial de policía indicó que la estudiante que llamó al 911 probablemente estaba en otra sala que la tiradora, pero actuó de manera rápida y acertada.

Además, Barnes enfatizó la importancia de estar preparados y señaló que el sonido de los disparos generalmente es inconfundible.

Resaltó cómo los maestros iniciaron de inmediato los procedimientos de bloqueo y cómo los estudiantes reconocieron y siguieron esas instrucciones.

Al dirigirse a los padres, Barnes los animó a enseñar a sus hijos a seguir las indicaciones de los adultos al mando, buscar un lugar donde esconderse, protegerse o usar algo para defenderse.

Según él, escuchar a los adultos presentes en la sala es la acción más crucial en tales situaciones.

El tiroteo ocurrió durante una hora de estudio con estudiantes de diferentes grados.

Las autoridades informaron que seis personas resultaron heridas durante el incidente.

Dos estudiantes se encuentran en estado crítico con heridas que amenazan su vida, mientras que se espera que tres estudiantes y un maestro se recuperen.

Las autoridades también confirmaron que dos de estas cuatro personas ya han sido dadas de alta.

Esa mañana, mientras se desarrollaban los hechos, Bethany Highman, una residente de Madison que asistió a Abundant Life Christian School cuando era niña, relató cómo escuchó por primera vez sobre el tiroteo.

Highman, ahora madre de una hija que asiste a la escuela, supo de la situación cuando su madre, quien vive cerca, la llamó para decirle que había mucha policía en el área.

Su madre la instó a mantenerse tranquila y le explicó que había un tirador activo en la escuela.

“Recibió algo de información confidencial y corrí inmediatamente para allá,” explicó Highman.

Se apresuró al lugar y llamó a su esposo.

Como no pudo ingresar a la escuela, la madre preocupada se dirigió a la casa de su madre.

A través de su hermana, recibió actualizaciones y se enteró de que sus seres queridos estaban a salvo.

Aunque la hija de Highman salió ilesa, aún no se había reunido con ella y no sabía dónde estaba.

Como sus hijos, sobrinas, sobrinos y hermana asisten a la escuela, la noticia fue perturbadora.

Highman reflexionó sobre la aterradora realidad que muchos padres enfrentan ahora: “Rezo todas las mañanas con mis hijos para que esto no suceda, y esta es la realidad en la que vivimos.”

A pesar de la tragedia, encontró consuelo en su fe y expresó gratitud de que sus hijos y su familia estuvieran a salvo.

Padres y estudiantes finalmente se reunieron después del tiroteo en Madison, incluida la familia Grange: los hermanos Gideon y Ezra con su madre Brit.

Minutos después de reunirse, los tres compartieron sus experiencias en una entrevista conjunta.

Gideon recordó cómo el director, en medio de la escena caótica, anunció un cierre: “No le di mucha importancia, pero luego se puso realmente serio y fue muy triste.

Hizo que todos sintieran algo de miedo.”

Cuando la policía ordenó a todos salir del edificio, Gideon salió sin su abrigo y describió la situación como “loca.”

Mientras tanto, Ezra, su hermana, recordó que escuchó “disparos y gritos” durante el incidente, lo cual fue “realmente aterrador.”

Aunque se sintió “muy asustada,” aseguró al entrevistador que ahora estaba mejor.

Durante la larga espera para reunirse, que duró entre cinco y seis horas, Ezra envió un mensaje de texto a su madre a través de su reloj para informarle que estaba a salvo.

Sobre el reencuentro, Brit expresó tanto alivio como empatía: “Quiero decir, no hay mejor sensación que saber que tus hijos están a salvo.

Mi corazón está con las familias que no tienen la misma suerte ahora, porque los conocemos y los queremos.”

Entre los jóvenes testigos de la tragedia se encontraba Nora Gottschalk, una estudiante de segundo grado de 8 años que realizó la crucial llamada al 911 durante el tiroteo.

Estaba en el pasillo preparándose para el almuerzo cuando comenzó la violencia.

En una entrevista aparte, la joven describió cómo vio a un maestro herido que conocía: “Gritaba: ‘¡Ah! ¡Mi pierna! ¡Ayuda, ayuda!’”

Con un caramelo de SpongeBob en la mano, la estudiante también reflexionó sobre sus emociones durante la experiencia: “Estaba muy asustada y muy triste.”

La escuela Madison Abundant Life Christian School, con aproximadamente 420 estudiantes que van desde preescolar hasta la secundaria, es conocida por su comunidad unida.

Padres y administradores han descrito durante mucho tiempo la escuela como un lugar donde todos se conocen y los lazos son profundos.

Esta tragedia refleja la dura realidad que enfrentan muchas escuelas hoy en día.

Mientras los sobrevivientes comienzan a sanar, el apoyo de su comunidad será crucial en el largo camino hacia la recuperación.

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